sábado, 18 de mayo de 2013

Llegó el dia......

........y cumplimos a medias.

5 meses preparando el reto cientounero y en el km 23 el equipo se rompe.

Llegamos a Ronda a las 11 de la mañana del viernes después de una noche entera en el bus, nos alojamos, recogida de dorsales(que nervios), tarde visitando la ciudad y al catre, nunca mejor dicho.
Al despertar mis nervios eran mayores llevo toda la temporada a la cola del grupo y en esta ocasión si me fallaban las piernas (no creía) o la cabeza (lo más probable) el equipo me tendría que esperar.
A las 11 de la mañana del sábado se daba la salida con un calor que nos acompañaría toda la jornada, los nervios desaparecen, empiezan las preocupaciones, voy bien físicamente pero...... ¿iremos muy rápido?, ¿muy lento?, ¿aguantaremos?, ¿estamos comiendo y bebiendo bien? ¿Nos afectará el calor?
Según comentaron los compañeros habíamos salido demasiado atrás, a mi no me lo parecía porque la carrera es muy larga, no comenté nada con nadie, todos estábamos muy concentrados y no quería romper esa concentración. Rober y el abuelo consideraron que no se necesita llevar un bote de agua habiendo avituallamientos cada 5 km, piden agua al resto sin parar, lo único que hablé hasta el km 20 fue con el abuelo, estaba bebiendo tragos demasiado largos, cada vez que me pedía el bote lo dejaba por la mitad, le comenté que debía beber más veces pero menos cantidad, tres km más tarde el desastre, Rober se cae y se hace daño en el gemelo, no quiere seguir, al poco tiempo el abuelo se pone a vomitar, tampoco quiere seguir. DESASTRE

Nos quedaban muchos km y los ánimos estaban por el suelo, normalmente soy el más negativo del grupo pero en esta ocasión era "el alma de la fiesta" y eso que llevaba lo mio. Nunca había visto a Michel y a Chema con tal grado de negatividad y cabreo, se estaban planteando dejar la carrera, el ultratrail, dejar de correr. No creo que fuese para tanto, había que seguir y bajar de 16 horas, PODEMOS.
Pasaban los km y el ánimo mejoraba un poquito con cada metro recorrido, llegamos a Setenil y comimos un poco, habían sido 60 km sin parar de correr. Mis sensaciones eran buenas solo un bajón hacia el km 70 donde subimos una gran cuesta y Michel hazo un comentario que me destrozó la moral, no recuerdo ni que dijo (jajaja) pero tuve que parar y tomar un Ibuprofeno en el siguiente avituallamiento, me recuperé sin más (el poder de la mente).
La cena en la base de La Legión, nos la tomamos con calma, el ánimo estaba casi recuperado del todo, eran las 12 de la noche, 13 horas de carrera y 80 km, está hecho pensé.
Error, nos quedaban los 20 km más duros de toda la carrera, aún así llegamos a Ronda con el objetivo de bajar de 16 horas cumplido, en meta casi lloro de alegría.

A la mañana siguiente nos enteramos de que el abuelo y Rober habían acabado también ¿?, al abuelo le pusieron suero y se lo quitó para continuar, comentó que los últimos 20 km fueron los mejores para el, que había adelantado a 150 personas y eso que no llevaba frontal. Estaba magullado porque se cayó 4 veces (Descerebrado). Rober se recuperó de su gemelo "milagrosamente".


El ganador de la carrera fue Miguel Capó con un tiempo de 8h 48min, este tío no deja de sorprenderme además de ser un gran atleta nos demuestra que para ser un caballero no hace falta ser oficial (JAJAJA), conozco a muchos de estos últimos pero pocos son caballeros. Fue legionario entre el 94 y el 98 y como homenaje a la Legión quería que ganase un legionario en activo, al final no pudo ser.

Otra cosa que quiero destacar es que el material Hoko (mallas, calcetines, perneras y camiseta) nos permitió realizar los 101 km sin una simple rozadura o ampolla y sus propiedades termoreguladoras nos hicieron estar fresquitos de día y calentitos de noche. Las Brooks Cascadia 7 también fueron una buenisima elección, mucha comodidad y buen agarre.